El diluvio comparado (segunda parte y final)
Al llegar a tierra firme, ofrecieron un sacrificio a Zeus y oraron en el templo de la diosa Temis (diosa de la justicia, el orden y la moral), la cual les dijo: "¡Cubríos la cabeza y arrojad los huesos de vuestra madre a vuestra espalda!". La diosa hacía referencia a la tierra, y sus huesos eran las piedras. Esas piedras se convirtieron en hombres o mujeres según las arrojara Deucalión o su esposa. De ahí en adelante volvieron a existir nuevamente los humanos.
Azteca: lo mismo. El personaje principal es Coxocoxtli, quien se salvó del diluvio Xochiquetzal (que era su sra. Supongo yo) en un falucho magnífico, acompañándoles sus niños, animales, y semillas.
Cuando Citlatlanac, uno de los dioses del panteón azteca ordenó retirar las aguas, nuestro héroe soltó a un ave semicarroñera, que era un cuervo, y que no volvió al lugar de origen del cual lo soltaron, porque se quedó degustando el banquete antropofágico existente al despejarse las aguas, es decir, a los muertos, ya que a los cuervos, se supone, les gusta la carne difunta.
No contento con eso, Coxocoxtli soltó otras aves, pero al igual como en muchos otros mitos solo volvió una, en este caso el colibrí, que traía una rama en su boca de pájaro. Luego de eso, Coxocoxtli condujo la embarcación hasta Calhuacán (que era una montaña), saliendo con su familia y con cuantos animales que le acompañaban, para después descargar el improvisado silo con granos, a fin de sembrar el suelo nuevamente.
Maya: ídem. Según consta en el Popol-Vuh Los dioses se enojan y solicitan que Hurakán destruya a los hombres. Presumo que se habrán salvado como en las leyendas anteriores.
Judeocristiano: la mas conocida por defecto, y por obra y gracia del gen adquirido a último momento. Remítanse al Libro del Génesis, capítulo 6, versículo 5 al 22, y capítulos 7 y 8 del mismo libro, ya que es un tanto extenso.
Como pueden ver, lo anteriormente escrito es una ínfima muestra de este mito. Seguramente Sir James George Frazer habrá podido encontrar más durante su viaje realizado el siglo XIX por el mundo, y habrá escuchado relatos de cientos de tribus pertenecientes quizás a cuantos grupos humanos, a estas alturas grupos olvidados, inexistentes e incluso extinguidos.