Vuelos sutiles...

Esta foto* que ven al costado, es una de mis favoritas, y la tengo archivada en mi disco duro, sindo una de las imágenes que mas atesoro. La tome allá por el mes de enero de este año, estando solo en el muelle y mirando hacia el horizonte antes de partir a una excursión. Me inspira serenidad, tranquilidad, y grandes licencias que los humanos no podemos hacer.

Encuentro que la gaviota es un ave noble, elegante, con prestancia tal como puede serlo un caballo árabe.

También me fascina por la libertad en que se encuentran, y esa autonomía de vuelo con que cuentan, tal como los hidroaviones, que pueden reposar en medio del mar. Todo lo anterior no implica que necesariamente le haga culto a Juan Salvador Gaviota.

Estoy seguro que los fenicios y cartagineses seguramente habrán pensado quizás lo mismo, o algo parecido.

Estoy seguro que los pueblos del interior del Asia, o los mas cercanos al Tíbet jamás podrán conocer una.

Fuera de las gaviotas, también encuentro muy noble al pelícano. Al respecto sugiero ver en el "Manual de Zoología fantástica" de Borges lo que dice sobre esta ave.

En estos momentos, en que necesito viajar mas allá de donde estoy, en que necesito desconectarme bastante de las cosas que he estado haciendo por tanto tiempo, viene como anillo al dedo este poema de Juana de Ibarbourou llamado "Las Olas".

Si todas las gaviotas de esta orilla
Quisieran unir sus alas,
Y formar el avión o la barca
Que pudiesen llevarme hasta otras playas...
Bajo la noche enigmática y espesa
Viajaríamos rasando las aguas.
Con un grito de triunfo y de arribo
Mis gaviotas saludarían el alba.
De pie sobre la tierra desconocida
Yo tendería al nuevo sol las manos
Como si fueran dos alas recién nacidas.
¡Dos alas con las que habría de ascender
Hasta una nueva vida!

* Pobre de aquel que la use sin mi cosentimiento, sufrirán sobre sí las penas del inexistente infierno