Progreso ¿a costa de nuestros últimos espacios patrimoniales? Tercera parte: Aberraciones de hoy en día

Muchos políticos y autoridades se llenan la boca hablando de la “identidad” que, en casos específicos, solo se identifican con sus mierdas corruptas de partidos en que militan.
El caso es real, algo se puede apreciar en las fotos de la antigua CCU y de la piscina de la Universidad de Chile. Pero créanme que eso no es nada, esos edificios están incluso hasta en una mejor situación en comparación con otros problemas que suceden y han sucedido en nuestro país. A continuación, una breve reseña sobre ellos.
Isla de Pascua: además de la belleza de sus verdes prados, playas de arenas rosadas, el rojo de su suelo, el azul de su mar, de la majestuosidad de sus volcanes, están también los valiosos restos arqueológicos encontrados en sus moais, petroglifos y cuevas de piedra laja del complejo del Rano Kao, el volcán. Pero los inescrupulosos no faltan: no hay ningún petroglifo que no haya sido intervenido por la mano del hombre... ¿a qué me refiero con esto? Los petroglifos son inscripciones realizadas en las rocas, y por lo general representan pasajes cotidianos de la vida del pueblo, sus leyendas o espiritualidad, o alguna otra significativa mención que los pueblos hayan querido dejar a sus generaciones anteriores. Tal como nuestros antepasados hispanos lo hicieron en las cuevas de Altamira, dejando rastro de la caza de los bisontes y otras actividades, los herederos de Hotu Matúa estamparon en la imperecedera piedra, principalmente al Tangatamanu, al manutara y otros símbolos que en esta ocasión no corresponde analizar, pero que sí representaban un montón de ideas para estos lejanos habitantes. La piedra en que realizaron estas inscripciones es volcánica, la cual es de fácil erosión y destrucción, a diferencia de otras. A causa de ello, con el paso del tiempo los petroglifos sufrieron por el paso del tiempo, y se comenzaron a difuminar de la roca. Pero, con el auge del turismo fueron alterados por la insensata ocurrencia de algunos guías turísticos, a fin de mostrar al ilustre visitante los vestigios de una cultura y pasado realmente gloriosos.
Copiapó: algo adelanto Animita en el post anterior respecto a la situación de esta ciudad. Tuve la ocasión de visitar este verdadero museo al aire libre, el año 2001. Tuve la ocasión de visitar, junto a mi padre, el Museo Regional de Atacama y de conversar con un antropólogo (o arqueólogo, no lo recuerdo muy bien) que nos explicó respecto de la historia del museo que, entre paréntesis, el inmueble que lo cobija perteneció a la famosa familia de rancia alcurnia, los Matta. También nos enteramos de la cantidad de piezas con que cuenta la colección que esta abierta al público entre otras cosas. Pero así como nos contaba cosas que eran necesarias para el espectador de museo, nos informó del panorama de la preservación de las piezas arqueológicas y de vestigios humanos del norte. La costa, valles y cordillera de la región de Atacama es prolífica en objetos que nos han legado nuestros antepasados, como las puntas de flechas, hachas de pedernal y restos fósiles entre otras cosas, incluyendo cimientos de algunos pucarás. Lamentablemente para desgracia de muchos, existen empresas que, al momento de llevar a cabo obras viales han destruido sectores en que abunda este tipo de material. La destrucción a la que me refiero es remoción de tierra, paso de aplanadoras, o colocación de asfalto, entre otras prácticas aberrantes para quienes se dedican al estudio del hombre en esa zona, como el ocupar esos mismos restos como pavimento.
El parcito de breas: este punto pasa las fronteras nacionales, pero habla de la mala educación y tino de nuestros compatriotas. En diciembre de 2004 el país se entera de la “gracia” dejada por dos particulares “embajadores” de nuestro país: los Sres. Cadima y Tamburrino que no encontraron nada mejor que rayar un muro del ex convento de las nazarenas, parte de una antigua construcción incaica, ubicado en la calle “Siete Culebras”, en pleno corazón del Cuzco. Me pregunto ¿qué harían los franceses si ven a un sujeto rayando el Arco del Triunfo o el Hotel de los Inválidos, o sacando un trocito de fierro de la torre Eiffel?, o bien, ¿qué harían los griegos actuales si ven que algún chistoso se lleva restos del Partenón a fin de ocuparla como municiones en alguna protesta? Nada de raro seria que viéramos a algún compatriota haciendo lo mismo. Además de que se genere un problema diplomático por la entrega de los “artistas”, sin duda alguna, la respuesta generalizada sería que se cometió un delito, ya que en las mayorías de las legislaciones consideran los ataques al patrimonio cultural como ilícitos que se sancionan con duras penas, a excepción de Chile lógicamente. La forma en que procedieron los peruanos fue la correcta. En lo personal me dio mucha vergüenza, pero más al escuchar al ex-Presidente de nuestro país, al declarar a la prensa que “era un rayado bonito en un muro bonito”. Sin comentarios.
Pascua Lama: la voz de alerta volvió nuevamente al enterarme del proyecto Pascua Lama, y la explotación del yacimiento de oro, para lo cual será “absolutamente necesario” eliminar un glaciar que “obstruye” la correcta explotación del mineral. Para tales efectos se piensa en eliminar dicho glaciar y, de paso, dejar sin agua a varias localidades como Alto del Carmen o Huasco, o en su defecto verter y darles agua, pero contaminada. El hecho que se elimine y se explote ese glaciar es grave: como se vio en párrafos atrás, la zona norte de nuestro país tiene en toda su extensión restos fósiles, utensilios varios, figuritas metálicas, etc. Que se intervenga dicho sector con una empresa minera sin duda alguna destruirá los vestigios allí existentes. Y esto lo digo con total seguridad: en los últimos años expediciones de arqueólogos a diferentes sectores de la cordillera de la Tercera región han descubierto pucarás, complejos mineros incaicos como “Viña del Cerro”, restos de cerámicas, entre otras cosas, por lo cual vuelvo a sustentar mi tesis de lo prolífico de dicha región. Con la destrucción del glaciar y el inicio de las faenas se destruirá el material que esconde el cerro. Quizás los datos que nuestros antepasados nos dejaron no los volvamos a rescatar, perdiéndolos para siempre, gracias a los aires destructores y a las ciegas manos del progreso, sin medir las consecuencias que podrá traer, principalmente las relacionadas con la salud animal, vegetal y humana.
Catástrofes naturales: luego del terremoto ocurrido en el norte grande, reafirmamos la idea de que no estamos en un sector geológico que nos permita estar quietos por mucho tiempo. Iglesias coloniales, imaginería religiosa, pinturas, pucarás, petroglifos entre otros no se escaparon al movimiento telúrico, dejando a su paso destrucción y dolor tanto para sus habitantes como para el mundo cultural e intelectual. Paso lo mismo en Valdivia, con el maremoto que destruyo construcciones de antigua data y bella arquitectura. Se repitió el cuento el año ’85, cuando San Antonio, Valparaíso, Reñaca, Viña, Rancagua, Santiago y toda la zona central sucumbió a los clamores interiores de Gea, que causo dolor, muertes y perdidas materiales de toda índole.
Santuario de la naturaleza del río Cruces: sin duda alguna el desastre ecológico de los últimos lustros, que ha tenido su cara visible mas inmediata con la muerte de aves en el río Cruces, nombrado santuario de la naturaleza, y considerado como el segundo humedal más grande de Sudamérica después del Matto Grosso en Brasil. Fuera de eso, es una especie de “estación” para las aves migratorias, las cuales en cada vuelo anual, anidan, se alimentan, o dan a luz. También es hábitat del coipo (en peligro de extinción), y de una amplia gama de peces: el mundo vegetal esta presente (o lo estaba) con el luchecillo, especies de totoras y algas, entre otras. El santuario, sin duda alguna, coopera con un ciclo vital a nivel mundial, creando un ecosistema único, en una geografía única con una geología única.
Sin duda, los privilegios económicos y la falsa imagen del desarrollo han permitido aberraciones ecológicas como las que podemos apreciar hoy en día. El Consejo de Monumentos Nacionales, flagrantemente ha dejado de lado su función protectora, y los únicos activistas en contra de la Celulosa Arauco han sido los grupos ambientalistas y la comunidad organizada. La idea del desarrollo sustentable sin duda alguna no ha sido posible en el caso expuesto ¿y mientras tanto que pasa? Mas aves siguen falleciendo, el santuario se sigue contaminando y la celulosa continúa funcionando, y contando incluso con el apoyo de un sector de los habitantes de la región. La suspensión de las faenas poco han ayudado a menguar el grave daño causado en tan verdes parajes.

Les vuelvo a insistir... esta es una miserable muestra de los actuales problemas de pérdida de nuestro patrimonio cultural. En el resto de las regiones, sin duda alguna, esta pasando el mismo triste fenómeno.

Después de escribir estas líneas, cada vez me achaca más la situación. No creo que las divinidades arreglen el entuerto. (... continuará, fotos en un nuevo post)