Descansa en paz Alejandra

Hoy ha sido uno de esos dias que jamás queremos que lleguen... a las 10 de la mañana me llama Paola, una muchacha con la cual no hablaba desde el año pasado y con la cual no tenia una gran relación, salvo el haber compartido en un par de carretes en la casa de una gran amiga, precisamente Alejandra. Me dijo "estas son las noticias que no me gustan dar, pero es por la Alejandra... la estamos velando".
Se me vino el mundo abajo, a mi y a mi familia.
Alejandra era como una mas de mi hogar, si bien el último tiempo no nos visitaba mucho, pero siempre fue una gran alegria el tenerla bajo nuestro modesto techo. Amiga de nosotros, confidente y de gran corazón, nos deja con un maldito vacío, del cual a sus amigos nos costará llenar.
Extrañaremos los 20 de marzo, su cumpleaños, en el cual conocimos a sus amistades y compartimos alegres momentos. Extrañaremos en mi casa esa aguda voz que decia al otro lado del teléfono "Marito, como estás, ¿esta el señor Mario Pinto?". Extrañaré a la amiga incisiva, que siempre me pregunto por mi situación sentimental, despues de un quiebre doloroso que tuve y del cual me intentó ayudar y reflotar, para tener finalmente al lado a una mujer que amo demasiado y que no pudo conocer (Sangre Ácida).
Me duele el alma, y me duele que mis seres queridos se vayan, sin tener la posibilidad de despedirme o abrazarlos, como en el viaje que uno realiza a lugares extraños.
Alejandra, nos volveremos a encontrar nuevamente, para reírnos y conversar alegremente, como lo hicimos mas de alguna vez, con tus amigos y con tus hermanos en la casa de Huérfanos y en todos aquellos lugares en donde nos irradiaste tu alegría y tu sonrisa.
Alejandra, nos volveremos a encontrar, cualquiera que sea el lugar en que te encuentres.
Alejandra, descansa en paz.