Este pie de cueca se lo dedico a los adventistas

La cueca ha sido considerada como maléfica, endemoniada, erótica, sexual etc… pero, a decir verdad, este comentario era el que se escuchaba por el siglo XVIII o XIX, pero ¿escuchar esto en pleno siglo XXI no será mucho?.

Con bastante indignación me entero por la prensa sobre la nueva teoría del director del Colegio Adventista de Calama que, según su entender, la cueca es perniciosa porque pervierte a la juventud.
En palabras del director Patricio Varela, "para nosotros el concepto de baile está relacionado con alcohol, con drogas y por eso no lo consideramos". Además agregó “queremos mejorar la vida de las personas y cuando el baile va en desmedro de la juventud, como iglesia adventista no lo consideramos".
Yo me pregunto ¿al Nazareno le gustaba la cueca?, ¿María prohibió que bailase cueca en la sinagoga?, ¿Benedicto XVI tendrá una chupalla?, ¿los fariseos la condenaron?, ¿la inquisición la consideraba como delito?, ¿Pinochet supo bailar cueca?, ¿el cardenal Medina cuando era obispo de Valparaíso dejaba cantar la cueca “Caramba soy dueño del Barón”?, ¿el Nazareno bailó alguna vez en su vida?, ¿Judas tomó chicha en cacho?, ¿Ratzinguer no se disfrazo con algún traje típico de su natal Baviera y bailó?, ¿John Smith no se tomó alguna vez su copete y bailó polka?, ¿qué onda?.
No me explico como el dogma esta presente para aplacar y menguar nuestras “tradiciones” y nuestro folklore. El concepto demoníaco de tal o cual baile ya es cosa del pasado, pero vemos que energúmenos como los adventistas y algunos obispos católicos se esmeran en seguir condenando libros y bailes, como la horrorosa Inquisición. Es cosa de recordar al obispo de Villarrica, Sixto Parzinger que condeno la lectura de Harry Potter, o al mismo Medina que gozó gastando y mirando (obvio po, si es hombre con necesidades sexuales!!!) revistas pornográficas para condenar a los trabajadores y trabajadoras del imperio de Hugh Hefner y a quienes se atrevieran a leer dichas publicaciones.
No creo que las chupallas, las tonadas, el copihue, las empanadas, los pequenes, la chicha, el pebre, el trompo, las sopaipillas, el merkén y otras expresiones de nuestra tierra sean fruto del demonio. Tengo la absoluta certeza que son fruto de la naturaleza y del ingenio (o copia mejorada en el mayor de los casos) del hombre chileno, que tomo lo mejor de los elementos y supo hacer algo que nos identifique. Y entre esas cosas está la cueca, con su origen entre peruano y africano, pero que, en suma, es un inocente baile nacional.

Lo único que tengo que decir es que opiniones dogmáticas provenientes de sectas como estas rayan en la locura, demencia y la insensatez. Es de esperar que “dios” ilumine a estos personajes, y les de algo de criterio a sus ovejas. Sueño que el buen pastor se apiade y los reintegre a su rebaño, para que dejen de privar de legítimas expresiones a los hombres y mujeres que desean celebrar en este mes de la patria y que no estan interesados en creencia alguna.

Y para finalizar, los dejo con algunas cuequitas para que las zapateen en estos días de solaz y, espero, alegría para quienes disfrutamos de estas fechas, en especial para los “amigos” adventistas.

Inti Illimani - Caramba, yo soy dueño del Barón