jueves, febrero 08, 2007

Relleno veraniego 2007: Yo y Pinochet (o Pinochet y los niños)

Advertencia: esto fue escrito allá por el mes de febrero de 2006, por ende el indeseable ser y general rastrero seguía vivo. Tómelo y léalo con moderación.

Llegando después de la jornada de trabajo del día sábado (ayer) a mi hogar, durante la hora de almuerzo estaba conversando con mi papá sobre varias cosas y, para variar, salió a la mesa el tema de la detención de la hija del enfermo imaginario, Daniel López y de todas las manifestaciones que estaban ocurriendo (incluida la de las viejas de CEMA Chile y de otros que hablan que la "sacra" familia es víctima de persecución). Hablando y hablando, mi papa me recuerda un hecho puntual de mi niñez, bastante olvidado para mi, que ocurrió cuando estaba no se si en el colegio, en el jardín infantil o en alguna otra parte en que se diera educación a cabros chicos. La cosa es que un día, a propósito de no se que cosa, nos hicieron dibujar... no recuerdo muy bien el motivo (aunque a decir verdad, a los nenitos de corta edad en muchas ocasiones los hacen y hacían dibujar). Yo presento mi dibujo, del cual no me recuerdo mucho y en él, por lo que me cuenta mi papá, había una "persona" hablando al publico en una especie de tarima para el efecto, y arriba de esa "persona" sobrevolaba un helicóptero que disparaba, seguramente, proyectiles. Esa "persona" era Pinochet y el helicoptero parte de su aparato escenográfico, típico en los años ’80. Para que hablar del impacto que causo en mi casa el mono ese... mis papas se pusieron a analizarlo, creo que del colegio, jardín (¡que se yo!) les consultaron seguramente, si veía T.V., si tenia problemas sociológicos, si me sacaban la cresta... en fin, todas esas huevás que se les ocurre preguntar a dichos profesionales que tienen contacto con pre-escolares. Después que mi papa me contó eso, no pude aguantar la risa, e imaginarme a mis papas, a las tías del kinder o del jardín analizando mi pasquín-dibujo y tratando de saber que diablos pasaba en mi pequeño y diminuto cerebrito infantil. Pero también del terror que pudo haber significado que alguno de los intervinientes hubiese hablado y al día siguiente tener que soportar algún acto de acoso o violencia, tal como nos pasó cuando nos amenazaron que en nuestra casa estaba puesta una bomba.
Ahora yo me pregunto ¿habrá sido mi primer acto subversivo contra ese tiranillo chilensis?, ¿O habrá sido solamente fruto de mi imaginación?, ¿Era parte de mis deseos más profundos de que ojalá fuera víctima de un atentado?, O bien ¿quería tener vivo por mucho mas tiempo a un ancianillo que, cuando se vestía de civil parecía un abuelo casi normal como todos, y que por eso había un helicóptero que lo protegía?. Esta ultima sin duda alguna la descarto total y absolutamente de mi mente.
En realidad las respuestas a esas preguntas recién las trato de vislumbrar. Solamente hace unas pocas horas me re-cordaron de aquel suceso que tiene algo mas de veinte años de sucedido... tengo bastante tiempo como para seguir pensando en eso y quizás, algún día, darme una respuesta.